lunes, 9 de agosto de 2010

Más profesionales

En este marco, a García le preocupa la falta de recursos profesionales para encarar este desafío. “Hay muchísimas obras para hacer y no hay suficientes ingenieros en Recursos Hídricos, lo hablábamos con la gente que trabaja en la cuenca Matanza-Riachuelo”, opina. La formación de nuevos ingenieros es un tema que apasiona a García. En la Universidad de Illinois dedica una gran parte de su tiempo a la docencia, al punto que ha supervisado la tesis doctoral (PhD) de 22 estudiantes, siete de los cuales son argentinos.

“Además, no siempre el rol del ingeniero tiene que ver con las grandes obras —explica—, como en el caso del Riachuelo”. Cuenta el caso de una pequeña represa que había en el río Vermillion, a la altura de Decatur (Illinois). “Necesitaban reformarla porque se había ahogado una chica de 21 años”, recuerda. Con sus estudiantes tomaron el problema como un proyecto de fin de curso. Lo que hicieron fue hacer escalones en el vertedero de la presa para dosificar la presión y que no se forme “el peligroso lavarropas”, en el lugar donde cae el agua, “que es lo que termina ahogando a la gente”, explica.

García recorre el mundo haciendo consultorías y ve un campo de trabajo creciente para los profesionales especializados en la gestión de los recursos hídricos. Es que el calentamiento global, que puede ser una de las causas de la mayor prevalencia de eventos extremos (sequías e inundaciones más severas), y el crecimiento demográfico e industrial, que agrava los problemas de desagües, tratamiento de efluentes y políticas de saneamiento ambiental en general, hacen cada vez más imperativa y urgente la gestión integral, eficiente y sustentable del recurso agua.

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